Macro, ¿la Astrología Económica?

Los Bancos Centrales están condenados. Es hora de asimilarlo

Hablar de mercados, bolsa, inversiones o economía en general no es precisamente lo más atractivo. A la mayoría de las personas no les interesa, no lo entienden, y la jerga utilizada suele ser ajena al lenguaje cotidiano. Ya tenemos bastante con nuestras luchas diarias como para ponernos a estudiar algo que, a priori, ni nos afecta ni nos interesa demasiado.

Una muestra de esto es lo que sucedió en Japón la semana pasada. En las noticias, se habló de un desplome bursátil, un mal dato de empleo en EE. UU. y alguna nota de prensa intentando arrojar luz sobre el asunto. Poco más. Dos días después, las noticias ya estaban en París o Waterloo.

Lamentablemente, lo que ocurrió en Japón no es más que la confirmación de que los Bancos Centrales están atrapados en una trampa que ellos mismos han creado. Están condenados.

Bancos Centrales
Bancos Centrales

¿Qué pasó en Japón?

Simplificando, debido a los bajos tipos de interés que Japón ha mantenido durante décadas, muchas personas y empresas aprovecharon para pedir prestado en yenes (moneda japonesa), cambiarlos en el mercado por dólares o euros, y comprar activos en esas monedas que generen retornos superiores al coste de la deuda en yenes.

¿Fácil, no? Pido prestado al 1% y compro un bono que me paga el 5%. La diferencia me la embolso. Si, además, la moneda en la que he pedido prestado (el yen) se devalúa con el tiempo frente a mis inversiones en dólares o euros, he encontrado el Valhalla.

Sin embargo, la semana pasada, el Banco Central de Japón (BOJ) decidió subir los tipos de interés de 0/0,1% a 0,25%. En la siguiente imagen se puede observar la evolución de la paridad dólar/yen en los últimos meses.

Gráfica 1
Gráfica 1

Tras varias intervenciones desde mediados de junio, donde vendieron sus reservas de dólares para intentar frenar la escalada (depreciación del yen), con la subida de tipos a finales de julio, el yen se apreció frente al dólar, pasando de 155 yenes por dólar a 142 yenes por dólar.

Puede parecer poco, pero recordemos que, para quienes pidieron prestado, una rápida apreciación del yen, dependiendo de la rentabilidad de los activos comprados, puede desencadenar la necesidad de vender activos por temor a no poder devolver los préstamos. Esto generó ventas en cascada que provocaron las caídas en las bolsas que abrieron telediarios y portadas sensacionalistas.

En resumen, una subida de tipos de interés de 0,25% provocó pánico en los mercados, y solo cuando se "frenó" la apreciación del yen, las bolsas volvieron a respirar.

¿Qué tiene esto que ver con que los Bancos Centrales están condenados? 

Continuemos con Japón, donde la deuda pública asciende a más del 260% del PIB.

La deuda se estructura en dos partes: el principal y el cupón o tipo de interés pagado. Por ejemplo, una deuda a 10 años de 100,000 € al 1% paga 1,000 € todos los años hasta que en el último año se pagan los 1,000 € de interés más los 100,000 € prestados inicialmente. 100,000 € + 10,000 € en intereses pagados año a año.

El gobierno de Japón, por tanto, paga año a año los intereses de su deuda, y cuando tiene que devolver el principal, emite más deuda para pagar la antigua, continuando con el pago de intereses. Básicamente, refinancia deuda antigua con deuda nueva.

Este juego lo están jugando todos los bancos centrales del mundo. Prueba de ello es la tendencia hacia donde han llevado los tipos de interés en los últimos 40 años: a la baja, hasta llegar al 0%, para que la deuda refinanciada no incremente su coste y permita seguir endeudándose.

Imaginen que pagan la deuda de su tarjeta de crédito con otra tarjeta donde les cobran menos intereses que la anterior, lo que les permite a su vez pedir más crédito pagando la misma cuota mensual. Así durante 40 años, hasta que el tipo de interés de su tarjeta es 0%

Gráfica 2
Gráfica 2

Llegados a este punto, sin entrar a valorar los daños en la economía y la sociedad de esta política de refinanciación y tipos ultra bajos, ¿podemos seguir jugando? ¿Podemos seguir bajando los tipos de interés para que no se detenga la música?

La respuesta, lamentablemente, es no, y depende del petróleo. Un recurso que, nos guste o no, es fundamental para la vida moderna y cuya producción debe ser eficiente y, sobre todo, barata.

¿Qué pasa cuando el precio del petróleo sube en una moneda que se devalúa como el yen? 

El Banco Central de Japón se ve obligado a frenar la devaluación del yen a toda costa si no quiere que la inflación se dispare en el país.

¿Puede el Banco Central subir los tipos después de 40 años para frenar la inflación y evitar la quiebra del país, con un gobierno tan endeudado y un mercado financiero tan débil? No puede, se mire por donde se mire.

¿Pueden Estados Unidos o Europa mantener los tipos de interés altos sin provocar la quiebra de sus propios Estados? No pueden.

Y pregúntense: el gasto público (la deuda que cargo en mi tarjeta de crédito), ¿está subiendo o bajando? ¿Los compromisos de pago de los estados de bienestar con sus pensiones y ejércitos de funcionarios, van a crecer o disminuir en el horizonte?

La respuesta es obvia. Los Bancos Centrales están atrapados en la misma trampa que ellos mismos han creado. Están condenados.

Condenados a escoger entre dos caminos, ambos dolorosos y políticamente costosos:

  1. Mantener los tipos al 0% y convertirse en el único comprador de deuda emitida por el Estado, provocando primero inflación y devaluación (como estamos viendo en Japón), y finalmente destruyendo la moneda (Venezuela y Argentina ya están aquí).
  2. Subir los tipos de interés para proteger la moneda local, ocasionando una espiral deflacionaria que llevaría a la quiebra de estados y empresas en el proceso.

Es evidente que ningún Estado elegirá la opción número 2 y que seguiremos por el camino de la primera opción.

La pregunta aquí ya no es si sucederá o no. La pregunta hoy es a qué velocidad ocurrirá.

Para concluir, y después de leer este artículo, quiero dejarles dos preguntas:

¿Les parece más lógica ahora la súbita subida de gente visitando la exótica Japón?

¿Les parece más relevante lo que ocurrió la última semana en Japón o lo de París y Waterloo?