Desde el otro lado

La banda presidencial

La banda presidencial es una cinta de tela que constituye en muchas naciones un símbolo de la autoridad y dignidad de un gobernante, una proyección de la bandera y es emblema del Poder Ejecutivo, la cual usualmente debe tener los colores del pabellón nacional del país de que se trate, en franjas de igual anchura colocadas longitudinalmente. Asimismo, suele llevar como parte central el escudo nacional.

La banda solo puede ser portada por los jefes de Estado en ejercicio y en ceremonias específicas: la investidura como presidentes y la rendición de cuentas ante las Asambleas Nacionales. En algunas naciones se extiende su uso a las paradas militares.

Orígenes

Sus orígenes se remontan a la época de las cruzadas en la Edad Media, cuando los caballeros que combatían utilizaban el “tahalí”, un accesorio de cuero que pendía del hombro derecho hacia el costado izquierdo de la cadera, donde se colocada la espada para poder desenfundarla rápidamente. La Real Academia de la Lengua lo define como: “Tira de cuero, ante, lienzo u otra materia, que cruza desde el hombro derecho por el lado izquierdo hasta la cintura, donde se juntan los dos cabos y se pone la espada”.

Ya para el siglo XVIII y XIX existían diversas órdenes de caballerías y los gobernadores españoles las utilizaban en sus atuendos en los países conquistados en América, en especial la banda de color blanco y azul celeste de la Orden de Carlos III que lucían virreyes y presidentes de las reales audiencias españolas.

Hispanoamérica

Estas representaciones de los gobernadores y virreyes portando aquella banda inspiraría a los virreinatos de Hispanoamérica para la creación de nuevas órdenes de caballería tras su independencia, y como resulta evidente también serían el origen de las bandas presidenciales.

Actualmente, todos los jefes de Estado de las naciones surgidas luego de la colonia, asumieron estas bandas como parte de sus indumentarias como símbolo distintivo de la representación nacional. Una manera de sentirse con cierta semejanza a los miembros de la corona española y hacer un guiño de soberanía.

República Dominicana

En República Dominicana la banda presidencial fue usada por primera vez por Pedro Santana en 1853, pero cesó su uso a partir de la Anexión a España. En 1880 la volvió a portar el presidente monseñor Fernando Arturo de Meriño. 

En el caso dominicano, aunque no se tiene una legislación sobre la materia, como en otras naciones, se han establecido patrones consuetudinarios.

La banda presidencial dominicana ha sido una cinta en terciopelo que consta de tres franjas paralelas con los colores azul ultramar en la parte más cercana al cuello, blanco en el centro y rojo bermellón al inicio del hombro derecho, llevando el escudo de armas de la República en forma horizontal a nivel del pecho del mandatario. 

En algunos casos hemos tenido presidentes a los cuales le han confeccionado la banda presidencial de manera inversa. Pero como no hemos tenido una legislación, eso ha pasado desapercibido. En una de esas juramentaciones dije en alto: “esa banda está al revés” y casi me sacan del salón de la Asamblea Nacional.  La dama que le había mandado a hacer, en ese momento yo ignorante de ese dato, estaba a mi lado y se molestó mucho.

La banda presidencial deberá colocarse desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda del mandatario de forma simétrica, debajo del saco y unida a nivel de la cintura, excepto en las juramentaciones presidenciales, en las que sucesivamente debe portarse descubierta en su totalidad. La franja azul ultramar debe estar siempre más próxima al cuello del dignatario.

En el caso de juramentaciones, el presidente saliente debe entregar la banda al presidente de la Asamblea Nacional para que sea este quien se la coloque al presidente entrante. 

¿Qué pasa si el presidente es reelecto? Lo correcto sería que el presidente llegara con su banda puesta, pues se le rinden honores como jefe de Estado. En nuestro discurrir histórico se ha adaptado el protocolo al deseo del gobernante de turno, unos han llegado con su banda y otros han preferido que se la pongan de nuevo.

En estos momentos en que está en curso una reforma constitucional en República Dominicana, sería muy oportuno que se incluyera la regulación de estos aspectos de la banda presidencial en el “Capítulo VII. Del idioma oficial y los símbolos patrios” de la Carta Magna.