Reflexiones Australes

Inmigración ilegal, un caos mundial

La inmigración ilegal está causando estragos irreversibles en varias regiones del mundo. Los graves disturbios en el Reino Unido, la invasión musulmana en Francia, el exponencial aumento de ilegales en España y en otros países de Europa, presagian un caos terrible en el corto plazo.

Lo mismo sucede en países de Sudamérica, como Chile, Colombia, Ecuador y Perú, literalmente invadidos por 8 millones de venezolanos que han escapado de la dictadura chavista. Por su parte, Estados Unidos enfrenta una crisis feroz, la cual de triunfar la candidata demócrata se hará insostenible. 

La guerra en Ucrania y en Israel, también afectan la crisis migratoria. África enfrenta una depresión económica y social de larga data, la que genera la humanitaria necesidad de sus habitantes de abandonar sus países en busca de mejores condiciones de vida. Lo grave, es que la situación de pobreza en África no se resuelve abriendo las puertas de Europa, sino más bien, ayudando a que esos países pobres se desarrollen. 

En el caso de Venezuela, la única salida es la caída urgente, por la razón o la fuerza, del dictador Maduro. Para que los venezolanos regresen a su país no hay otra solución. La reciente propuesta de Brasil y Colombia de evaluar la repetición de las elecciones en Venezuela resulta inaceptable. Ya lo dijo la líder María Corina Machado: “Es una falta de respeto”. Lo grave es que el Ministro de Exteriores chileno, Alberto Van Klaveren ha declarado que le parece una propuesta “interesante”. Insólitamente, países como Chile, que en un principio se opusieron a cualquier cuestionamiento a los resultados en las elecciones venezolanas, ahora están abiertos a salidas “pacíficas”. 

Los líderes políticos de los principales países, salvo excepciones, están completamente desubicados. China, Rusia, Australia, Canadá y algunos pocos países controlan sus fronteras debidamente, evitando una irrupción desmedida de inmigrantes. El rol de la ONU y sus tentáculos, continúa siendo irrelevante, pues sus máximos representantes son grandes oradores y charlistas, pero ineficaces ejecutores. Europa y América se enfrentan aceleradamente a una invasión desenfrenada de ilegales que destruirán la cultura, la nacionalidad y la economía de sus países. Quienes están arribando ilegalmente a los países receptores, son personas sin recursos y que no tienen asegurado un trabajo, por lo que se transformarán en usuarios del Estado que deberá proporcionarles salud, vivienda y educación gratis. Toda la crisis es exacerbada por centenares de ONG’s “humanitarias”, académicos ilusos, activistas ideologizados y políticos en la búsqueda de su propia reelección y no en el bienestar de sus países.

Es totalmente indiscutible, que la inmigración ilegal está afectando de manera terrible, la seguridad de los países. En Chile nuevas formas de violencia se han apoderado de las ciudades y cada día amanecen muertos venezolanos o colombianos rivales de carteles de la droga. París tiene zonas inexpugnables en las que la policía no se atreve a entrar. Chicago se convierte en ciudad peligrosa. Londres se transforma en musulmana y en España los cayucos repletos de africanos hacen su entrada triunfal, para ser recibidos por funcionarios que los destinan a distintas regiones de la península. 

La larga fila de caminantes que cruzan por Centroamérica para llegar a los Estados Unidos vía México, sigue creciendo y mientras más personas logran acceder al “sueño americano”, más familiares y amigos tomarán la misma ruta. ¿Cuál podría ser la solución? Lo primero es prohibir totalmente cualquier ingreso ilegal a los países. Esto se hace primero advirtiendo que el ingreso ilegal será prohibido y quien intente ingresar ilegalmente se expone a ir a la cárcel. Se requiere control estricto de fronteras con fuerzas armadas entrenadas y autorizadas para el uso de la fuerza. Segundo, se deben concentrar los esfuerzos público-privados europeos y de países ricos, en la recuperación económica de naciones pobres con intervenciones directas en sus economías, para poder producir educación y empleo, que son la clave de la recuperación de esos países. Tercero, se debe impedir a toda costa, la “musulmanizacion” de la Europa cristiana, generada por inmigrantes ilegales que no vienen a adecuarse a los valores y normas de los países receptores. Lo que ha venido sucediendo, a la vista de los “líderes” europeos es una completa renuncia a sus valores y sometimiento a lo exigido por los ilegales. Las expulsiones masivas de los que han ingresado ilegalmente, generarán también un desincentivo a quienes tienen planes de ingresar ilegalmente a otros países. Los gobiernos han olvidado los deseos de los electores y se han entregado rápidamente a los postulados de la ONU, que es una organización completamente ineficaz, repleta de burócratas que son ciudadanos del mundo y que lo único que les importa es seguir recibiendo buenos salarios, exentos de impuestos y con jornadas laborales relajadas y jubilaciones tempranas. Si los gobiernos y quienes detentan el poder no reaccionan pronto, tarde o temprano solo habrá víctimas y el mundo será más pobre, más desigual y más inseguro. De continuar intentando tapar el sol con un dedo, el caos invadirá todo y a todos.