Reflexiones Australes

El tirano continúa

Como lo advirtiera en mi columna de este diario, hace pocos días, el tirano Maduro se aferra al poder. María Corina Machado anuncia que el nuevo presidente de Venezuela es Edmundo González, pero lo real es que la dictadura de Maduro y sus secuaces seguirán en el palacio Miraflores. La pandilla de militares corruptos que rodean al dictador, ha preferido continuar apoyando su permanencia en el poder. 

Está más que claro que una gran mayoría de venezolanos está por la salida del dictador. De los 8 millones de venezolanos que han debido dejar su país, menos del 1% pudo expresar su preferencia. Maduro es un payaso que se ha reído del mundo, lo mismo que hacen Díaz-Canel de Cuba y Ortega de Nicaragua. 

Los líderes europeos, tarde y débilmente, dudan ahora de la transparencia del proceso electoral. Rusia, Irán y China serán los defensores internacionales de Maduro. Una vez más la derecha débil es cómplice de la tristeza y desesperanza que embargan a los millones de venezolanos repartidos por el mundo, quienes soñaron con regresar a su país. La complicidad también alcanza a los organismos internacionales que siempre fueron condescendientes con las causas revolucionarias cubana y venezolana. La ONU, la OEA y la CEPAL le deben una explicación a las víctimas de la dictadura venezolana. 

Seguir pensando en una salida democrática en Venezuela, cuando sus principales autoridades no creen en la democracia, parece un chiste de mal gusto. En América Latina hay 3 países con cáncer terminal: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Hay otros tres gravemente heridos: México, Bolivia y Colombia. Por su parte, Chile es gobernado por una coalición con fuerte influencia del Partido Comunista. Resulta aterrador que países que han sido destruidos por tiranos de la peor calaña, sigan libremente circulando por el mundo impunemente. 

En España el progresismo alaba el “triunfo” de Maduro y otros solicitan que se muestren las actas. Todo esto es pura pirotecnia. Maduro y compañía tenían todo planeado, nunca pensaron dejar el poder y las elecciones son una pantalla mediática para justificar su permanencia en el poder y validarse ante la comunidad internacional. Cómo las fuerzas armadas venezolanas están sobornadas por Maduro, es muy difícil una salida militar. Los defensores a rajatabla de la democracia como único camino, pueden comprobar ahora que hay situaciones en que la democracia, sencillamente no funciona. El diálogo no es el camino para sacar a Maduro del poder. Cuesta aceptarlo pero en Venezuela la democracia fracasó.